Lo primero de todo, levantarse tarde, sin alarma, sin la presión de tener que salir corriendo a trabajar o estudiar. Desperezarte, con esa taza de los Beatles de la que tu padre hizo colección, abrir por la ventana y ver las Cuatro Torres, y que a mitad de Noviembre, el sol ha decidido quedarse. Píntate las uñas del rojo más rojo que tengas, dale alegría al día. Coge el sombrero y un jersey de cuello alto, porque hace un poco aire y sal a disfrutar el día.
Desde hoy, empieza la Madrid Beer Week, donde puedes probar cervezas inglesas, ir a una cata de iniciación a la cerveza artesanal, lupulizar tu cerveza (aquí lo explica muy bien porque no sabía lo que era http://www.cervezasnacionales.es/coccion-y-lupulizado/ ) y hasta hacer una visita guiada a la Fábrica Maravillas.
Escapar hacia Malasaña y perderte entre sus calles llenas de tiendas vintage, de tatuajes, de restaurantes chic y llegar a plazas como la de San Ildefonso (o como otros la pueden conocer, la Plaza de la Niña) donde se escucha música de Nueva Orleans y la gente se arranca a bailar.
Yo desayunaría en La Bicicleta Café, bueno desayunar, ya es la hora de comer, así que ellos te proponen su Brunch, saborearás, por ejemplo, la brocheta de cherry y mozzarella con pesto, la ensalada de rúcula con parmesano o el brownie con helado. Si no puedes escoger uno de sus bagels a lo Sandy Cohen, el de jamón con queso de cabra está, no lo puedo describir, hay que probarlo. O sí eres de los clásicos ese pincho de tortilla con su tostada de aceite. Y el toque curioso que me gustó a parte de su contraseña Wi-fi (tendréis que ir averiguar cuál es, pista: tiene que ver con las bicis), o los nombres de los sándwiches como Induráin o Contador, fue el Ginpuccino, café con un shot de Seagrams, apto sólo para estómagos fuertes, no como el mío.
Visitar gratis el Museo del Prado de 18 a 20 horas (con nada menos que 195 años) y admirar sus exposiciones.
Dar un paseo hacia Goya, ver escaparates de tiendas donde no todo humano puede comprar; eso sí, puedes pararte en Velázquez 46, donde acaban de abrir la nueva tienda de Double Agent, que te invade con su espíritu surfero y veraniego de California. Además de tener precios asequibles, los dependientes son eficientes y cercanos. Yo me enamoré de sus placas con mensajes positivos y nombres de sitios como Malibú.
La verdad, que sentándote a hablar con una amiga en una café, discutiendo sobre obras de arte y comprando ropa, se te pasa la tarde rápido. Sólo tres cosas pero han dado mucho de sí. Si eliges cervezas, jajaja quién sabe como puede acabar la tarde 😉
Me ha gustado Jenny, hace mucho que no paso un sabado en Madrid, pero lo haces apetecible…..
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Fantástico post. Me ha gustado de principio a fin ¡gracias por esta guía tan original y personal! Destaco tu manera de comunicar y escribir porque transmites cernanía y naturalidad. Sigue así, muy bien. Un día voy a seguir este recorrido paso a paso. Me encanta
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Me apunto el plan!! Me a gustado mucho 😉
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¡Me ha encantado! Me lo guardo para mis exploraciones por mi nueva ciudad 🙂
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